Bóvedas de crucería
La iglesia de San Vicente tiene planta de sala, ábside recto, una sola nave y carece de crucero. Está cubierta con bóveda de crucería de terceletes estrellada, dividida en cuatro tramos y con alternancia en el diseño.
Una bóveda de crucería, o nervada, es la que está estructurada y reforzada mediante nervios. La principal ventaja de la bóveda de crucerìa es que transmite el peso y los empujes solo a los pilares, no al muro, por eso los pilares son reforzados al exterior con contrafuertes y los muros ya no necesitan ser tan gruesos como en el románico.
Terceletes, característicos del gótico final, son los nervios transversales de descarga que no llegan a la clave central y que crean claves secundarias.
En la bóveda estrellada además de los terceletes hay nervios combados, con forma curva, que son simplemente decorativos y no tienen función estructural, no sujetan.